Lo más importante fue graduarme, ese último semestre en la universidad se convirtió en lo máximo, no sólo por la emoción de estar culminando otra etapa en mi vida, sino porque mi salón pequeño y todo se porto súper bien, algunos problemas tontos como en todo, pero perfecto realmente. Me dediqué a estudiar, estudiar, estudiar, estudiar y no me provoco encargarme de más nada ni nadie, sólo de mi universidad y lo que abarcaba eso. Pro graduaciones, evaluaciones, evento final, salidas, caravana, samba, fiesta, fiesta, fiesta. Gracias a todas las personas que se dieron un tiempo para celebrar conmigo y estar cuando debían estar.
Conocí a mucha gente que vale la pena, otras que no tanto, pero esas son las consecuencias de todo. Nuevas amistades que estoy segura serán para siempre o sino por lo menos tendrán gran importancia en mi vida y se quedarán por un buen tiempo, porque admito que eso de los amigos “para toda la vida” se convirtió para mi en una gran mentira. Aquí es donde quisiera regresar el tiempo, pero no, eso no lo puedo hacer, lástima.
Cometí tantos errores, me equivoqué tanto, pero lo mejor es que luego de todo eso pude darme cuenta, detenerme y decir: Fallé, discúlpame.
No hay algo que admiré más en una persona que la humildad y que sepa reconocer sus errores, que no se avergüence de decir lo que piensa y siente, ni que se deje llevar por lo que los demás le dicen, aunque yo muchas veces tiendo a dejarme llevar, pero nunca es tarde para darse cuenta y recapacitar, sobretodo cuando alguien no te conviene tener al lado, porque ensucia todo lo bonito que puedes tener en la vida, tu familia y tus amigos.
Me encanta beber, para nadie es un secreto, hago cosas estúpidas cuando bebo y no es que siempre este borracha, porque normalmente hago estupideces, pero ebria hago más. Muchos de los errores que he cometido ha sido gracias a la bebida, mi amiga incondicional, la que nunca me deja mal, ni me cambia por otros, ni me pone excusas para vernos, ni me busca por interés, ni habla de mi, ni se burla con sus demás amigos, ella es así, pero tiene un defecto, me pone tres veces más intensa de lo que soy y eso me trae problemas.
Amo poder desahogarme y que haya personas que quieran estar ahí para escucharme o hacer la pantomima, por lo menos están. Me hacen sentir que no son amigos sólo para beber, salir y hablar banalidades, sino que se interesan por hacerme sentir bien.
Amigos que toman un minuto de su tiempo para saber como estoy así sea con un mensajito a mi móvil, amigos que se manifiestan cualquier día y hora, amigos que no están pensando que tan difícil puede ser llegar a mi casa solamente porque quieren estar unas horas conmigo, amigos que me entienden, amigos que han estado en los momentos fuertes y felices.
Hoy puedo decir que tengo una gran pérdida, algo así como cuando pierdes algo en el mar, que por más que hagas más nunca lo vas a poder recuperar.
Así me siento: mal, disgustada conmigo misma, frustrada, decepcionada, molesta con ellos y con aquellos, cansada de esperar. Creo que estar ocupado en ti mismo, en cada día hacer tu vida más genial ante los ojos de todos, perder la noción de las cosas que dices y que lastiman tanto, las fiestas, el tiempo para todos menos para lo que realmente ha estado ahí esperándote siempre y con el mayor de los cariños, todo eso te hace cada día pertenecer más al mundo en donde no quiero estar, aunque si contigo, pero no ahí.
Todos los días me acuesto pensando que paso por la crisis más grande y horrible con una de las personas que más me importa, es tan desesperante la situación que no sé ni que hacer ya para acomodar las cosas, estoy agotada, no puedo seguir corriendo tras él, quiero correr a su lado otra vez.
Beatrice*